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Inauguración sede del FpV en el Circuito 7
Decenas de familias se acercaron desde temprano al edificio de la sede para esperar por la llegada de sus candidatos. Pasadas las 21, una calurosa bienvenida para el ingreso de la senadora nacional Lucía Corpacci, junto a Dalmacio Mera, Raúl Jalil y el diputado provincial Raúl Chico.
El acto de inauguración oficial de la sede fue la introducción a los discursos. A su tiempo, el candidato a concejal del Circuito 7 de la Capital Armando López Rodríguez arengó a los vecinos para defender el proyecto nacional y popular en la provincia acompañando a los candidatos del FpV. Por su parte, Raúl Jalil dio datos acerca de la postergación en términos de discriminación, aduciendo que Catamarca se encuentra en el concierto mundial entre las seis, siete u ocho ciudades de mayor segregación: “la falta de luz, agua y gas hace cada vez más vulnerables a los vecinos de los barrios”, reflejando que las únicas obras ejecutadas por el FCyS benefician a los ciudadanos de las cuatro avenidas. Jalil, les aseguró a los asistentes que las obras que faltan en la Ciudad “solo las podemos llevar a cabo con el apoyo de la Nación”, y que para revertir “la falta de empleo que desgarra la esperanza de nuestros jóvenes, necesitamos gobernar”, al tiempo que reflexionó que la pretensión del Radicalismo de un periodo más en el gobierno “para hacer lo que no hizo en dos”, es un motivo justificado para el cambio.
El acto político de anoche, cerró con el mensaje de la candidata a gobernadora de Catamarca, Lucía Corpacci exponía apasionada acerca del clima electoral que observaba en la gente, de “las ganas de participar y de cambiar la actual historia de Catamarca”. Refirió sobre todo a la juventud que se suma día a día al espacio, “hijos del FCyS, de 20 ó 24 años que están sin trabajo, sin futuro y sin esperanza”, que ven en el FpV una oportunidad.
“El desafío del FpV es sacar a Catamarca de la postergación actual”, manifestó la senadora alegando acerca del superior interés por generar trabajo para todos y “no sólo para algunos”. El mayor deseo “es ver a la gente feliz”, exhortó Corpacci, palabras finales que buscaron afianzar el afectivo vínculo existente sobre todo con las mujeres y niños catamarqueños, que fueron a su encuentro apenas concluido el discurso.
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