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Regalías Mineras
“Se puede, pero no es lo mismo”
Si bien todos los catamarqueños seguramente estamos de acuerdo en la conveniencia para la provincia de aumentar el monto de regalías mineras; no es lo mismo el acuerdo al que llegó San Juan que el que pretendemos hacer nosotros.
El nuevo cálculo de la liquidación de regalías mineras en la vecina provincia no fue una ley impuesta desde la Legislatura sino una negociación exitosa con tres compañías productoras de oro y plata, donde se resguardó manifiestamente el concepto de seguridad jurídica. Recién después, el acuerdo se mandó al Poder Legislativo para que sea ratificado y tenga fuerza de ley. Mientras que aquí, hacemos el camino inverso. ¿Por qué? El eterno problema de la incapacidad de negociar que nos obliga a imponer por las razones y argumentos que queramos replicar. ¿Por qué intentar forzar cuando podemos llegar a un acuerdo?. Convengamos que no es lo mismo acordar una medida que imponerla.
Tampoco olvidemos que los proyectos de oro y plata son emprendimientos diferentes a los de cobre, oro y molibdeno. Fundamentalmente, recordemos que tener varios proyectos mineros en producción como los tiene San Juan es distinto a contar con uno en etapa de madurez (Alumbrera), y que dependemos, en gran medida, de la posibilidad de explotar Agua Rica.
Pero, ¿quiénes y cómo fijaron la nueva liquidación de regalías en San Juan? ¿Cuáles son las condiciones en las que se estableció el acuerdo? Puntualmente, el Gobernador sanjuanino, José Luis Gioja, firmó un “acta acuerdo” con Minera Argentina Gold SA; Minas Argentinas SA y Troy Resources Ld para que las regalías sean de un tres por ciento final, (sin deducir costos directos u operativos de procesamiento), “siempre y cuando la onza de metal precioso se mantenga por encima de los 1.000 dólares en el mercado internacional”. Se trata de los proyectos mineros Veladero, Gualcamayo y Casposo, respectivamente.
Copiar nunca fue bueno.
Con el respeto que se merecen nuestros legisladores, o hay un problema de lectura, o los niveles de preocupación nos están consumiendo. El tema es que hay un terrible error de interpretación o una peligrosa ansiedad. Imponer dejando de lado la negociación previa, “ninguneando” la seguridad jurídica, desconociendo que la producción minera y el contexto en nuestra provincia son distintos a los de San Juan, es jurídica e institucionalmente grave.
Por el tipo de producción minera que tiene cada provincia, no sólo es difícil para Catamarca copiar la iniciativa sanjuanina, sino también de nacionalizarla. Si el Congreso de la Nación, que también aborda el tema, sanciona una normativa específica ¿en qué va a quedar nuestra ambiciosa ley? En una simple intentona inconsulta y unilateral.
Faltó mencionar, más allá de la ocasión y los tiempos, que el 20 % del pago adicional que acordó Gioja con las empresas mineras será distribuido a los municipios implicados (Calingasta, Jáchal e Iglesia) y al Ministerio de Minería de San Juan “para fortalecer el control de la actividad minera”.
Qué hacer con las regalías y las utilidades ¿Qué vamos a hacer con la plata (o con más plata)? Me parece que este es el debate que nos debemos.
Porque no es solo hacer más escuelas y hospitales con los fondos de regalías mineras. Faltan, pero no es este el objetivo final, porque incluso bastaría con aumentar el presupuesto en Educación y Salud, y asunto solucionado.
Pensemos que nuestras acciones deben servir para varias generaciones y, si sirve la imagen familiar, nuestros nietos tienen que hablar bien de nosotros. Solo a modo de ejemplo: un campo eólico, el más importante de la región NOA y NEA para que no nos falte la energía, y podamos exportarla o venderla fuera de la provincia, sigue siendo un objetivo loable. Como el de La Rioja, pero 10 veces más grande.
Me refiero a un porvenir venturoso que sea atribuible al mérito de un conjunto de precursores que supieron cómo sentar las bases que les permitió alzar vuelo definitivo a una provincia postergada y en deuda todavía con su gente. Sin embargo, si no sabemos cómo utilizar los fondos positivamente, por lo menos establezcamos con claridad en qué no se puede mal gastar el dinero de recursos no renovables. Sin una ley clara sobre este aspecto, los organismos de control no pueden hacer casi nada, y la corrupción hace nido en las propias administraciones públicas.
Punto de partida Cuando se pretende modificar el escenario jurídico empresarial, las compañías privadas tienen que acceder voluntariamente a los pedidos de los gobiernos a través de acuerdos preestablecidos. Es lo que sucedió en San Juan. Caso contrario, el nuevo esquema de liquidación de regalías no podría haberse aplicado. Las empresas no vieron violentada su seguridad jurídica sino que se auto obligaron. Es distinto y a futuro, muy importante.
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