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Asamblea Legislativa
DISCURSO DE LA GOBERNADORA LUCÍA CORPACCI
Discurso de la Gobernadora Lucía Corpacci ante la Asamblea Legislativa que marcó la apertura del 123º período legislativo de Catamarca.
Señor Vicegobernador; Señoras y Señores miembros de la Asamblea Legislativa; Señor Presidente de la Cámara de Diputados; Señores Ministros del Poder Ejecutivo; Señores Intendentesque nos acompañan; Señor Obispo Diocesano; Señoras y SeñoresLegisladores Nacionales; Autoridades Nacionales, Provinciales yMunicipales; Señoras, Señores; hermanos catamarqueños:
En mi condición de gobernadora de Catamarca, es un orgullo poder darcuenta de la situación general de los asuntos del Estado ante la Asamblea Legislativa y el pueblo de mi provincia.
Este acto de 1° de Mayo, en el que se inicia el 123° Período de Sesiones Ordinarias, tal como lo prescribe la Constitución Provincial, constituye uno de los actos protocolares más importantes del gobierno, pues permite compartir y evaluar lo que hasta aquí desandamos del camino que nos propusiéramos en común el 9 de diciembre de 2011.
Aquella jornada, que compartimos juntos, me permite evocar una superficial aproximación a las urgencias de entonces, que surgían de lo que habíamos podido conocer en la larga transición desde las elecciones generales del13 de marzo.
Por eso pedíamos mesura y apoyo, controlando la ansiedad que los cambios provocan, convencidos de que el tiempo, por más vertiginoso que transcurriera, nos iba a acompañar.
Nuestra gestión avanza a paso firme y decidido, venciendo obstáculos en un camino donde en cada recodo, debajo de cada piedra, se esconden problemas viejos y nuevos, generalizados y endémicos de nuestra provincia y su pueblo, que fueron silenciados, negados y ocultados.
Tengo que corregir algunas cosas dichas ante ustedes el pasado 9 de diciembre.
Señoras y señores legisladores, hermanos catamarqueños: la deuda pública flotante es de 700 millones de pesos y la deuda total supera los 1.300 millones.
Recibimos un sistema educativo con múltiples problemas, cada uno de ellos de enorme entidad, pero cuya complejidad fue cubierta por un velo de palabras grandilocuentes eingeniosas, mientras se producía la caída estrepitosa de la calidad educativa, la alteración del sistema de opción de cargos y titularizaciones, la inequidad salarial, la desigualdad de oportunidades de acceso, la subsistencia de escuelas rancho y el incumplimiento de metas de programas.
Heredamos deudas con proveedores de todo tipo de bienes y servicios, a quienes simplemente se eligió no pagarles, transfiriendo las obligaciones e intereses a esta gestión.
Recibimos 87 obras en estado inconcluso, con el proceso de ejecución interrumpido por distintos motivos. 37 por ciento de ellas corresponden a educación y el 28 por ciento a salud.
La salud pública, por su parte, no podía funcionar en el marco de un sistema donde, si había infraestructura, faltaba equipamiento y donde había equipamiento, faltaba personal. La salud también fue víctima de una concepción elitista, neoliberal, que no puso en el centro la cuestión sanitaria en sí, sino la mirada cuantitativa de la rentabilidad económica y política del dinero público.
Las asimetrías en el acceso a la salud son significativas por origen social y lugar de residencia de quienes lo requieren.
Las políticas para combatir la pobreza no cumplieron sus objetivos. Nos encontramos con sistemas de becas y programas de empleo sinninguna transparencia, orientados al clientelismo y no a la promoción humana. Muchos comedores comunitarios tenían fraguada las listas de comensales y en muchas áreas no se rindieron en tiempo y forma fondos nacionales, por lo que, en algunos casos, perdimos esas partidas definitivamente.
Es sobre este suelo donde estamos reconstruyendo esta provincia como un lugarque nos cobije y dé certezas a todos.
No se puede gobernar sin decir las cosas. El silencio no es salud.
Por nuestra parte -permítanme continuar hablando en plural- hemos avanzado con aquellas decisiones prioritarias que fueron enumeradas al momento de asumir el gobierno.
Y esas decisiones estuvieron enderezadas no sólo a remediar necesidades y demandas, sino a cambiar la matriz política de la intervención gubernamental, a modificar la lógica de la administración para cambiar la realidad.
Me he permitido proponerles cuatro ejes ordenadores en torno de los cuales se aglutinan las principales acciones y proyectos de esta gestión.
Uno de ellos es la falta de cohesión de nuestro territorio.
A través de los años, nuestra mirada ha naturalizado las disparidades entre la Capital, por una parte, y la periferia de ésta junto al resto de las ciudades y pueblos de la provincia, por otra. Estas asimetrías, que se han acumulado como capas geológicas, se definen por la existencia de un desarrollo insuficiente y la falta de oportunidades de las personas, y es tal vez el más grave problema a resolver por nuestro gobierno.
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